Thursday, September 23, 2010

Fideicomiso: Encuentro con la Naturaleza en el Viejo San Juan.


El viernes, 10 de septiembre del 2010, recorrimos el viejo San Juan junto al Fideicomiso de conservación en donde conversamos acerca de las áreas rurales de San Juan, de la historia que hay dentro y sobre la gran flora y fauna que se encuentra actualmente.

¿Qué fue lo más que me impactó del recorrido?

Durante el recorrido por el viejo San Juan realmente no hubo nada que me “impactase” tanto como para redactarlo. Si encontré un sinnúmero de cosas extremadamente interesantes que me encantaron como la historia de las rogativas que era cuando los ingleses vinieron a atacar a Puerto Rico y unas mujeres que llevaban antorchas junto con el obispo recorrieron las calles, rezando por su salvación. Al caer la noche, las mujeres salieron arropando las calles de San Juan, y al los ingleses ver esto, creyeron que estaban bajo ataque, así que se marcharon.

Tal vez esa historia suene un poco simple, pero a mi realmente me llenó de mucha curiosidad y tal vez de orgullo al imaginar dentro de mi mente esa unión entre las mujeres.

Reflexión: De todas las cosas que observamos en los documentales “Ojo Isla” y “Luz”, ¿Cómo yo estoy contribuyendo a que eso ocurra? Y, ¿qué hacemos a favor? ¿Cómo nos podemos envolver más en ayudar?

Además del recorrido, observamos dos tipos de documentales: uno titulado “Ojo Isla” que era acerca de las bellezas que tenemos en Puerto Rico junto con su riqueza en fauna. Y el segundo era sobre las bahías bioluminiscentes. 

En mi opinión, no estoy contribuyendo al ambiente cuando veo a alguien que le hace daño (ya sea, por poner un ejemplo: cuando alguien tira basura al suelo) y no le notifico sobre la situación y sus posibilidades.

En la manera que yo si contribuyo con el ambiente, además del trabajo que se realiza en la escuela, es través de las niñas escuchas donde si se hacen actividades que protejan y contribuyan al ambiente, ya sea limpiando una playa, sembrando, etc. Otra manera es el reciclaje que fue introducido dentro de mi hogar hace un año, el cual se mantiene en práctica hasta el día de hoy.

Desde pequeña siempre he tenido el pensamiento de que la mejor manera de unirse y apoyar las ideas es comunicándole a los demás las situaciones de una manera correcta. Al menos, en mi caso, esto funcionó.

Escribir un cuento o leyenda:
Debe tener algunos de los animales que vimos hoy, pero debe conllevar una acción.
Mantas del Azar
Gurr, gurr.

Era como un amor a primera vista. Quedé emprendido en sus rigurosas pausas. Hipnotizado por el calor que me atraía, esmerado en conocer más sobre lo que había detrás de sus canicas de oro que se movían de lado a lado, en busca de el que le robara su corazón.

En el comienzo logré sentirme mal; un fauno sin esperanza en el nuevo atardecer. Quería desaparecer cuando el más varón de todos extendió su brazo para un saludo formal. 

Era decepción. 

Al menos eso llegue a pensar, pero no entendía el porque me sorprendía de mis propias sospechas desde que impregné mi mirada en su yugular tierna y, de momento, larga.

Observaba con terror mientras el más varón le coqueteaba danzando en piruetas cubiertas de seducción. Temía que al ella observar las plumas del varón acariciar el viento mientras se volteaba, fuese a quedar completamente inconsciente. Pero, para mi sorpresa, su fijada cambió hacia mí.

¿Yo? ¿Él más callado de todos los que la aclamaban? Yo, que me encontraba posado en una esquina; no murmuraba, ni me quejaba en voz alta. ¿Por qué ella se fijaba en mí? Sin embargo, mientras pensaba en las miles razones por las cuales ella no debería aceptarme, su mirada continuaba inspeccionando cada sentido de mi exterior. Sus duros labios se sonrieron. Y sin pedir excusas, y sin desarrollar tan sólo una palabra, se acercó—con un salto el cual la llevo al otro lado del árbol rojo conocido por el árbol del turista por los extraterrestres que balseaban por el cemento. Susurraban que era por su color y porque se pelaba (el cual yo encontraba ridículo).

También encontraba ridículo el hecho de que mientras la dama intentaba que yo me fijara en ella, yo me quedaba estable. Ningún movimiento quería articular mi cerebro.

…No sé si era la sorpresa de este gran hecho en donde el más varón cesó su danza de inmediato al caer dentro de la decepción de que la dama no lo había escogido como su dueño. O si simplemente estaba sorprendido por el hecho de que ella era la que ahora danzaba mientras, yo, dentro de mi alma ya la había aceptado como mi legítima esposa. Como mi gran paloma.