Monday, November 19, 2012

Hacia una utopía con mi mejor amiga

Y luego de varios años, nos compraremos un caballo magistral con un cuerno de adorno para viajar entre los celestes. Hacia otro mundo. Otro mundo en donde las nubes son de mantecado y la luna, una cereza. En dicho mundo no se le permite acceso al problema. Posiblemente encontremos una fuente de alcohol pero solo para ocasiones necesarias. Existirán cuicas que nos recordarán a nuestra infancia perdida y cofres bajo tierra que enmarcarán cada uno de los recuerdos más bonitos de nuestras vidas. Justamente al final de este otro mundo, estará nuestro hogar. Nuestra casita echa de madera, preferiblemente color blanca para traer esperanza y paz. Habrá una neverita repleta de Nutella y unas lacenas llenas de pique y café que nos servirán para deleitar nuestros paladares mientras los domingos por la tarde reflexionemos acerca de la razón por la cual nos mudamos de mundo.

Por si el mundo se acaba…

“¿A qué le tengo miedo? A no poder hacer todo lo que quiero hacer, a no recordar nada de lo que hice, ni el poder encontrarme con los seres que amo en un futuro. Supongo que es normal sentirme así.” Esto eran algunos de mis pensamientos que me perturbaban entre un gran ataque de pánico que prometía ser duradero, al menos hasta que el veintiuno de diciembre pasara.
Es que hay tantas cosas que me gustaría hacer y el horror, y el pánico, siempre se apodera cuando la incertidumbre la acompaña. Ninguno de nosotros sabe realmente que puede pasar, por ende, tenemos que confiar en todo lo que papá y mamá (o papá solo, o mamá sola, o abuelo, o abuela, o tío, o tía, etcétera) nos han enseñado. Yo entiendo que no es culpa ni decisión de uno nacer donde nacimos o creer en quién creemos. Me sorprende que en realidad todavía existan tantas religiones con tantas cosas que la sociedad nos ha querido meter en la cabeza. Más creemos en los científicos porque estudiaron por muchos años, en especial de cosas fuera de nuestra vista, y entonces caemos bajo pánico. ¿El mundo se acabará? Puede que sí, puede que no, pero os aseguro que ni los mismos científicos lo saben. ¿Quién te dice que lo que llamamos historia es historia de verdad? Nadie lo sabe tampoco, puesto que el mundo y la vida son cosas tan complejas que nuestra capacidad mental no logrará entenderlo todo. ¿Qué si Dios existe? Nadie lo sabe. Los seres humanos debemos de confiar plenamente y esperar que ese sea el resultado.
Para mí si es bien importante creer en un Dios o al menos creer en algo porque la espiritual al ser humano lo calma ante las circunstancias que el cerebro no comprende. Y dicen por ahí que la NASA asegura dicho fin del mundo, solo que lo han expuesto simplemente como “una posibilidad” para que el ser humano viva una vida lo más tranquila posible. Así cuando le dicen a alguien que tiene una enfermedad mortal, que le quedan pocos días de vida y debería vivir todo como si no tuviera nada. De esta manera es que asocio lo que está ocurriendo en estos momentos.
Por supuesto que me tiemblan las manos mientras escribo, pero es porque tengo problemas mentales (creados por la misma sociedad abrumadora), por lo tanto, para mí un ataque de pánico o una pequeña taquicardia es normal. En realidad lo más que me pone así es que vivimos en una realidad donde siempre el futuro será incierto y mi mayor pánico es que, como no sabemos nada, no sé que esperar. Yo quisiera que alguien me asegurara que eso no es cierto, pero ni mi madre, mi calmante en momentos de lloriqueo, me puede decir eso. Déjenme decirles que mi madre es una mujer fuerte y situada firmemente en una religión. Ella se lo deja todo a Dios. A mí, sin embargo, todavía me queda mucho por descubrir. Hay tantas cosas que me gustaría saber, tanta gente que me encantaría conocer, tantas cosas que quiero hacer.
Quiero conocer mi origen (saber cosas sobre mi padre que nunca conocí), quiero conocer a mis demás hermanos y a mis sobrinos (que me dejaron con ilusiones de verlos en verano), quiero graduarme de la Universidad de Puerto Rico en Drama, quiero estar en una relación completamente seria por primera vez en mi vida, quiero tener un gato blanco y llamarlo Tembleque, quiero vivir por un tiempo con mi mejor amiga, quiero visitar países, cambiarle la vida a alguien, ayudar a alguien con necesidades, ser reconocida por algún cambio, tener hijos, pintarme el pelo de mil colores, conocer a José José, conocer a Shane Dawson, vivir en Italia por un tiempo, escribir una novela, rebajar un poco más, convertir a “Anastasia” en una obra de teatro… ¡Tantas cosas! En realidad tengo una lista mega larga que hice par de años atrás. ¡Toda una vida! ¿Qué no es difícil ser joven en esta sociedad? Vivimos en una sociedad tan podrida y que se encuentra inconclusa. Yo quisiera hacer un cambio, pero nuevamente, no sé que pueda pasar.
Todo esto comenzó cuando mi abuela murió hace once meses (el quince de diciembre de 2011). Ella fue quien prácticamente me crió y gracias a ella he aprendido tantas cosas. Honestamente la envidio por haber nacido en una época tan hermosa. Esa época de luchadores, de escritores, de gente que sonreía por todo, de trabajadores, de soñadores, de líderes, de curanderos, de enamorados plenos, de triunfadores, y sobre todo del EJEMPLO. Si no la vuelvo a ver, sería muy triste. ¡Por supuesto que somos tantos los locos! La vida es tan rara, tan complicada (y no por lo difícil, aunque lo es, sino porque no tiene una explicación simple). Y es incierta. Yo solo puedo esperar que todo lo que me han dicho es verdad. Por eso a mí me falta mucho por aprender porque ahora mismo yo no tengo una religión definida, ya que me han metido tantas cosas en la cabeza que ya no sé ni que creer. Más vivimos en una vida en donde no recordamos nada de lo que pasó antes con claridad, solo momentos y vamos pasando por esta vida bajo una rutina. La escuela, los pasatiempos, todo eso. Yo todavía me encuentro en esa etapa. A mis diecinueve años todavía estoy dentro de la rutina de la Universidad, sin tiempo para poder vivir plenamente. Luego de la rutina, ya cuando nos graduamos, es que comenzamos a dirigirnos a hacer lo que queremos a hacer para luego establecernos en un hogar y darle vida a otros seres para que vivan su vida. Entonces es que envejecemos y nuestra memoria se debilita para poder enfrentarnos a una muerte. ¿Por qué vivimos entonces? ¿Cuál es la razón de nuestra existencia en el planeta? ¿O simplemente no tiene que tener explicación?
Es normal mi miedo, pero como dice mi madre, no puedo dejar que el miedo me supere. Si el mundo se acaba pronto, sería una pena no poder hacer nada de eso. Si no hay una Gloria, sería una mayor pena no poder volver a ver a tantos seres maravillosos que he conocido en esta vida. Si no entonces, ¿por qué los conocí? Muchos se confían que dijeron lo mismo para el dos mil (2000), pero para ese tiempo muchos también se encontraban así porque todo nuestro futuro (de este preciso momento en adelante) es incierto.
¿Algo positivo que puedo ver? Si se acaba el mundo pues mis familiares no serán los que tendrán que borrar mi Facebook, ni mis otras cuentas, ¿no? Jaja, mentira. Soy charra a veces, pero hay que buscarle un humor a todo.
Pienso que todavía faltan cosas por ver, como la primera presidenta de los Estados Unidos, la paz mundial, el progreso de esta generación, el mejoramiento del planeta Tierra,la finalidad del racismo, los diferentes planetas que hay por ahí, la igualdad de los seres, la independencia de muchos pueblos, el descubrimiento de todo lo que nos rodea, entre otros.
No voy a pensar en lo peor, sino en lo mejor que pueda pasar. En diez días me toca hacer mi selección de cursos en la Universidad y estoy muy emocionada porque todo indica ir en buen camino. Digo, si no es que nuevamente llegue mi turno y me tenga que conformar con lo que queda. Y nuevamente, como todo en la vida, nos queda esperar. Al menos por mi parte me queda confiar en que pase lo que pase, todo estará bien.
Más si lo hubiese sabido antes, ni hubiese estudiado. Sin embargo me hubiese dedicado a cambiar al mundo para uno mejor para que cuando el final nos encuentre, nosotros le respondamos con que hicimos el mayor esfuerzo por estar unidos en vez de destrosarnos a nosotros mismos de una manera irreal.

Monday, November 12, 2012

Videito Elecciones


Tras el “triunfo” de Alejandro García Padilla, quiero compartir un video que realizaron unos compañeros de la Universidad de Puerto Rico, Recinto Rio Piedras (Daniel González, Antonio Sánchez, Fernando Tarrazo y Carlos Figueroa) sobre las Elecciones 2012 y el pueblo de Puerto Rico. A través de este video se puede observar la realidad dentro de la política y la sociedad puertorriqueña. Aparte que pueden notar la desinformación de la cual les hablaba en mi último “post”. Me da hasta vergüenza las contestaciones de algunos.

Tuesday, November 6, 2012

¿Qué nos pasa Puerto Rico?: Tal vez otra desinformada, pero al menos interesada

Para mi es verdaderamente triste el escuchar a puertorriqueños decir que quieren ser estado de los Estados Unidos de América. Más triste es cuando no saben ni el porqué. Me da tristeza el ver la vagancia y la dependencia de muchos. Entonces todo aquí es por color. Yo pienso que va a ganar Alejandro García Padilla por la desinformación de muchos puertorriqueños y porque le han lavado el cerebro con sus anuncios hipócritas. Pienso que muchos políticos se aprovechan de la ignorancia del puertorriqueño, porque hay que decir la verdad: no muchos están al tanto de lo que pasa en Puerto Rico.

Nuestra sociedad continua decayendo porque el puertorriqueño (déjenme no generalizar, porque no todos somos iguales) vacila y es fanático hasta el final. Aparte que nos encontramos con anuncios constantes que te dicen: “vota por mi”  o “dile no” o “dile sí” o “no vote por aquel” cuando se supone que esto sea una democracia y se supone que nosotros tengamos derecho a decidir por nuestra cuenta. Pero aquí sale un moroncito en la televisión (a quien lo más seguro le pagaron) como prueba de lo que el supuesto gobernante plantea es verdad. ¡Lo peor es que le creen! Es como el libro de “The Story of Stuff” decía… estamos rodeados constantemente de anuncios que nos dicen que es lo supuestamente correcto para nosotros y que debemos hacer. Somos víctimas de un abuso. Que si las mujeres tenemos que ser flacas con pechos grandes, que si la ropa que debemos usar es la más cara,  y así sucesivamente. Es un lavado de cerebro cada segundo que los ojos capturan las imágenes del televisor. Pues obviamente si te bombardean a cada segundo con mensajes que te dicen “vota por mí”, eventualmente vas a terminar cayendo y creyendo lo que dicen.

Nosotros estamos bien ilusionados porque nos creemos que con convertirnos en estado todo se solucionará,  aunque para convertirnos en estado tardaría mucho. (No utilizo el término “americanos” porque americanos son los de América del Norte, Centro, Sur y Latina). Pero muchos estadounidenses, y hay que decirlo, ¡ni siquiera saben que existimos! ¡O piensan que somos mexicanos! Entonces, ¿queremos ser como ellos? Para mas decir, en Estados Unidos hay mucha discriminación en contra de los latinos y siempre va a ver discriminación. A lo mejor soy yo la que no entiendo, pero solo me decepciona ver gente alabando una bandera que no es la de ellos. Mas no piensen que tengo algo en contra de los estadounidenses porque tengo familia estadounidense que nacieron y se criaron allá. Solo que es absurdo el abandonar a tu patria y querer convertirte en dependiente después que nuestros antepasados lucharon tanto por el Puerto Rico que hoy día quieren destrozar. Hoy, en realidad, piensa bien qué hacer con tu voto porque una vez expuesto, no se puede cambiar.