Tres cortometrajes. Estaba el primero que vimos que era
titulado “Para Caer”, luego vimos “La Llorona” y “Encierro”. El primer cortometraje que vimos, era “Para Caer”—un proyecto Nani Helfell y
de las Producciones No Existentes.
Para mí este fue el cortometraje más abstracto de los tres y por supuesto, el
que menos entendí (yo no entiendo lo
abstracto muy fácilmente).
Lo que nos fue presentado y de lo que pude entender
era estos muñecos que comienzan cayendo del cielo en paracaídas y luego una
nena (interpretada por Isabel Arís) se acerca a este sombrero gigante que
comienza a botar agua del mismo y luego se trepa en una nube. Luego, aparece
este muchacho (interpretado por Yussef Soto) que esta vestido con la misma ropa
que vestían los muñequitos cayendo y es perseguido por una nube que le está
echando agua encima. Él intenta taparse de la lluvia y luego utiliza su
sombrero como protección, pero el sombrero termina completamente lleno de agua
y de ahí saca uno de los muñequitos. Éste le pregunta: ¿vamos? y el muchacho
repite la pregunta.
Después de eso, él se tira de un precipicio y aparece
la muchacha y le pregunta la misma pregunta y se tira, pero aparece la muchacha
solamente y el muchacho se encuentra bajo agua.
Ahora, lo que entendí, además de lo literal era que
ese muñequito simbolizaba el mismo o un tipo de consciencia. Una consciencia
buena para llamarlo así. El lado bueno (muñequito) quería coger las cosas “seguras”.
Como que en vez de tirarse, bajaba en un paracaídas o que en vez de hacer las
cosas sin pensar se las cuestionaba. Es más…el estar en el sombrero podía
simbolizar que estaba metido en un lado obscuro o que era tímido por lo tanto
el muchacho era el que se escondía de la lluvia que podía simbolizar la vida. Y
entonces el muchacho no quería enfrentarla—por eso suceden cosas comunes como
el que te persigue…o el que terminas dentro de ella.
O…que se cayó porque se encontraba en un edifico y se
resbaló con la lluvia (que era representada ahí en forma de muchacha)…
El segundo cortometraje fue uno dirigido nuestro ex
guía de teatro, Pedro Iván, titulado “La
Llorona”. Este cortometraje presentaba canciones de Balún u otras canciones
que tenían un estilo mejicano. Este cortometraje era como un video musical y este “video musical”/cortometraje
era acerca del día de los muertos que se pudo notar según el maquillaje que
llevaban en forma de esqueleto. Funcionaba como un tipo de homenaje ya que
Pedro Iván nació allá.
Lo que trate de hacer era entonces buscarle una
historia…
Pero teníamos a esta pareja (según lo que entendí) que
al parecer era un tipo de matrimonio que no funcionaba muy bien que digamos. El
hombre comía mucho y no hacía otra cosa que comer (eso lo saque ya que al
principio el señor se comió una mosca y luego en unas escenas salió como cinco
veces comiendo y comiendo) y entonces, la señora lo que hacía era coser. Al
parecer, la señora había matado al hombre (realmente no sé porque razón) y
ahora se encuentra arrepentida por lo que llora, llora y llora. Llegó un
momento que decidió no llorar más y guardó sus últimas lágrimas en un frasco.
El último cortometraje lo fue “Encierro”, una obra por Y no
Había Luz. Fue mi favorita por la forma en que fue presentada ya que no era
la forma tradicional que es actuándolo con humanos ni tampoco fue en
muñequitos, sino que fue hecha a través de stop
animation que es cuando se hace foto por foto, es decir, que tiran una
foto, mueven lo que haya que mover un poquito y tiran otra foto. Por lo tanto
admiro la paciencia y dedicación que tuvo que haber para realizar este
proyecto.
Pues, aquí tenemos la historia de Camilo, interpretado
por Yussef Soto, una persona (si se le puede llamar así) que trabaja, trabaja,
y trabaja. Entonces durante esto, él se va cuestionando y nos va contando que
cada vez que trabaja siente que las paredes se encuentran más cerca, que le la
Sra. y el Sr. Waterstone (sus jefes) le siguen dando más y más trabajo y
también mientras dice eso, se distrae porque nos cuenta un poco de su vida.
Como cuando era pequeño, él quería ser astronauta, y le comienza a hacer
dibujitos a sus jefes en la cara.
En fin, luego nos cuenta como siente que se hincha la
cara y entonces vemos como se va convirtiendo en un tipo de robot y creo que el
mensaje en esto sería como nosotros estamos tan preocupados por cosas que no
son tan importantes. Que nos convertimos en esclavos del mismo trabajo y de la
rutina diaria porque pensamos en que tenemos tantas cosas que hacer.
Lo interesante de todo para mí fue cuando Camilo dijo
que realmente no lo quería hacer.
Son nuevas formas de expresarnos o de presentar el
teatro que no tan solo el “apréndete esto que la semana que viene haremos un
ejercicio” sino que son formas distintas y formas creativas que se pueden
practicar.