Thursday, March 4, 2010

Teatro: Cortometrajes Para Caer, La Llorona y Encierro

Tres cortometrajes. Estaba el primero que vimos que era titulado “Para Caer”, luego vimos “La Llorona” y “Encierro”. El primer cortometraje que vimos, era “Para Caer”—un proyecto Nani Helfell y de las Producciones No Existentes. Para mí este fue el cortometraje más abstracto de los tres y por supuesto, el que menos entendí (yo  no entiendo lo abstracto muy fácilmente). 

Lo que nos fue presentado y de lo que pude entender era estos muñecos que comienzan cayendo del cielo en paracaídas y luego una nena (interpretada por Isabel Arís) se acerca a este sombrero gigante que comienza a botar agua del mismo y luego se trepa en una nube. Luego, aparece este muchacho (interpretado por Yussef Soto) que esta vestido con la misma ropa que vestían los muñequitos cayendo y es perseguido por una nube que le está echando agua encima. Él intenta taparse de la lluvia y luego utiliza su sombrero como protección, pero el sombrero termina completamente lleno de agua y de ahí saca uno de los muñequitos. Éste le pregunta: ¿vamos? y el muchacho repite la pregunta.

Después de eso, él se tira de un precipicio y aparece la muchacha y le pregunta la misma pregunta y se tira, pero aparece la muchacha solamente y el muchacho se encuentra bajo agua.

Ahora, lo que entendí, además de lo literal era que ese muñequito simbolizaba el mismo o un tipo de consciencia. Una consciencia buena para llamarlo así. El lado bueno (muñequito) quería coger las cosas “seguras”. Como que en vez de tirarse, bajaba en un paracaídas o que en vez de hacer las cosas sin pensar se las cuestionaba. Es más…el estar en el sombrero podía simbolizar que estaba metido en un lado obscuro o que era tímido por lo tanto el muchacho era el que se escondía de la lluvia que podía simbolizar la vida. Y entonces el muchacho no quería enfrentarla—por eso suceden cosas comunes como el que te persigue…o el que terminas dentro de ella.

O…que se cayó porque se encontraba en un edifico y se resbaló con la lluvia (que era representada ahí en forma de muchacha)…

El segundo cortometraje fue uno dirigido nuestro ex guía de teatro, Pedro Iván, titulado “La Llorona”. Este cortometraje presentaba canciones de Balún u otras canciones que tenían un estilo mejicano. Este cortometraje era como un video musical y este “video musical”/cortometraje era acerca del día de los muertos que se pudo notar según el maquillaje que llevaban en forma de esqueleto. Funcionaba como un tipo de homenaje ya que Pedro Iván nació allá. 

Lo que trate de hacer era entonces buscarle una historia…

Pero teníamos a esta pareja (según lo que entendí) que al parecer era un tipo de matrimonio que no funcionaba muy bien que digamos. El hombre comía mucho y no hacía otra cosa que comer (eso lo saque ya que al principio el señor se comió una mosca y luego en unas escenas salió como cinco veces comiendo y comiendo) y entonces, la señora lo que hacía era coser. Al parecer, la señora había matado al hombre (realmente no sé porque razón) y ahora se encuentra arrepentida por lo que llora, llora y llora. Llegó un momento que decidió no llorar más y guardó sus últimas lágrimas en un frasco.

El último cortometraje lo fue “Encierro”, una obra por Y no Había Luz. Fue mi favorita por la forma en que fue presentada ya que no era la forma tradicional que es actuándolo con humanos ni tampoco fue en muñequitos, sino que fue hecha a través de stop animation que es cuando se hace foto por foto, es decir, que tiran una foto, mueven lo que haya que mover un poquito y tiran otra foto. Por lo tanto admiro la paciencia y dedicación que tuvo que haber para realizar este proyecto.

Pues, aquí tenemos la historia de Camilo, interpretado por Yussef Soto, una persona (si se le puede llamar así) que trabaja, trabaja, y trabaja. Entonces durante esto, él se va cuestionando y nos va contando que cada vez que trabaja siente que las paredes se encuentran más cerca, que le la Sra. y el Sr. Waterstone (sus jefes) le siguen dando más y más trabajo y también mientras dice eso, se distrae porque nos cuenta un poco de su vida. Como cuando era pequeño, él quería ser astronauta, y le comienza a hacer dibujitos a sus jefes en la cara.

En fin, luego nos cuenta como siente que se hincha la cara y entonces vemos como se va convirtiendo en un tipo de robot y creo que el mensaje en esto sería como nosotros estamos tan preocupados por cosas que no son tan importantes. Que nos convertimos en esclavos del mismo trabajo y de la rutina diaria porque pensamos en que tenemos tantas cosas que hacer.
Lo interesante de todo para mí fue cuando Camilo dijo que realmente no lo quería hacer.

Son nuevas formas de expresarnos o de presentar el teatro que no tan solo el “apréndete esto que la semana que viene haremos un ejercicio” sino que son formas distintas y formas creativas que se pueden practicar.

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