Status P.R.

En Puerto Rico, como mayormente se sabe, existe un sinnúmero de circunstancias que evitan que seamos un pueblo desarrollado correctamente. Su gobierno, o mejor dicho, la manera en la cual corre su gobierno hace que el mismo vaya decayendo constantemente y en ocasiones rápidamente.

La crisis provoca dependencia. Necesidad de cambio. En estos momentos nos encontramos colgando de un hilo filo, en donde el pueblo debe decidir entre depender completamente del gobierno de Estados Unidos o finalmente independizarse del mismo.

Puerto Rico cada día se convierte en un peligro para los que lo habitan. Existen un sinnúmero de desigualdades sociales, indiferencias entre quien gobierna y el pueblo, falta de comunicación. Angel Rivera Shartz nos trae una nueva opción para la crisis en Puerto Rico por nombre de soberanía.

La soberanía es cuando un pueblo se puede convertir en un pueblo autosuficiente que se puede valer por sí mismo.

Lamentablemente, Puerto Rico se encuentra bajo el poder de Estados Unidos, en donde existen ciertas cosas que nos impiden ser autosuficientes o “independientes”. Pero noten que la soberanía y la independencia, aunque son confundidos como términos sinónimos, no lo son.

Una vez Estados Unidos invade a Puerto Rico en el 1898 luego de la Guerra Hispanoamericana, se comienzan unos cambios que son realizados por el mismo como la devaluación de la moneda. Nosotros utilizamos su moneda para comprar productos aquí mismo. Aparte que Estados Unidos nos trae el servicio militar y junto a eso las becas que van junto a ello. Además somos obligados a utilizar la marina mercante de los Estados Unidos; Estados Unidos controla las importas y exportaciones de P.R.. Con la invasión también nos impusieron su ciudadanía desde el 1917, es decir, que no existe algo como “ciudadanía puertorriqueña”, y esta ciudadanía americana es la que utilizamos al identificarnos cada vez que queramos viajar fuera del país. Otra cosa con la invasión es que los puertorriqueños necesitamos de E.E.U.U. ya sea para otorgar o cancelar las licencias para todo tipo de comunicación en P.R.

Comienzan las leyes de cabotaje y sus leyes son implantadas en Puerto Rico. El gobierno se convierte en estadounidense, sus funcionados son nombrados por Washington. Además, se intenta implantar el inglés como idioma lo cual fue resistido hasta el 1948. Un ser muy reconocido que fue participe lo fue Rafael Cancel Miranda que llegó hasta Washington para ser escuchado.

Entiendo que la soberanía es una buena opción porque la misma nos ayuda a evaluarnos como pueblo, así como expone Ángel Collado Shwartz cuando habla del país de Singapur.  Introducción de Puerto Rico al mercado internacional.

Pero principalmente se debe definer cual esta famosa “democracia” por la cual el pueblo escogió. Puerto Rico necesita evaluar su pasado para arreglar el presente y decidir su futuro.

El pensar en una soberanía nos abre la mente a nuevas oportunidades y visiones sobre el país y el poder demostrarle, más que al resto del mundo, a nosotros mismos de los limites a los cuales podemos llegar de una manera positiva, en vez de ser reconocidos mundialmente por la violencia que se impone cada día de parte del poder.

El ser humano es capaz de lograr tantas cosas maravillosas y el pueblo tiene la capacidad de crear un mejor futuro, pero a veces no reconocemos nuestra propia voz, a veces porque no nos molestamos en que nos importe. Se confía en el pueblo puede lograr un estatus de mejoramiento y lamentablemente, cada día nos encontramos más lejos de esta visión.

Educar al pueblo sobre esto que es algo que se ha hecho más que la estadidad misma. Se ha hablado más de la soberanía y sobre el trabajar en conjunto que los daños que puede implementar un gobierno ajeno al país. De hecho, muchos de los puertorriqueños se encuentran ignorantes frente a las consecuencias que puede traer una dependencia no saludable como lo es.

Aunque no quería realmente compartir esta parte de mi opinión, pero los puertorriqueños debemos aprender a dejar de ser vagos, de querer todo a la mano y darnos cuenta que está mal. La dependencia no es una solución. Nos hace más débiles, no nos permitirá a reaccionar adecuadamente ante una crisis mayor porque estamos tan acostumbrados a pensar que tenemos a alguien que siempre nos apoyará y esa no es la realidad.